Fase de DESARROLLO del proceso de ENSEÑANZA-APRENDIZAJE de la técnica (II)

FASE DESARROLLO (9-12 años): consolidar la base técnica y la autonomía del joven orientador

Tras la fase inicial, en la que los niños comienzan a descubrir el mapa y el entorno desde el juego y la exploración guiada, llega un momento clave en su evolución deportiva: la fase de desarrollo. Entre los 9 y los 12 años se sientan las bases técnicas y cognitivas que permitirán al joven orientador avanzar hacia una práctica más autónoma, consciente y precisa.

En este periodo, el aprendizaje adquiere un carácter más estructurado. Los deportistas ya poseen una comprensión básica del mapa y del espacio, por lo que pueden empezar a integrar nuevas herramientas y conceptos, como la brújula, la lectura del relieve o la toma de decisiones entre distintas rutas. Todo ello se trabaja manteniendo una fuerte conexión con el componente lúdico y motivacional, esencial para consolidar el interés por la orientación y favorecer el desarrollo de la autoconfianza.

La progresión técnica se apoya en la transición desde elementos lineales claros hacia referencias más sutiles, y en el inicio de la lectura en movimiento. Paralelamente, el entrenamiento comienza a incorporar capacidades físicas básicas adaptadas a la edad —como la velocidad, la resistencia o la fuerza—, que facilitan la ejecución de las tareas técnicas y la comprensión del esfuerzo.

En este artículo se detallan los objetivos, saberes y actividades propios de esta fase, junto con las recomendaciones cartográficas, ejercicios tipo, criterios de transferencia competitiva y una rúbrica de evaluación del desempeño que permite valorar el progreso del joven orientador de manera objetiva y formativa.

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Fase inicial del proceso de ENSEÑANZA-APRENDIZAJE de la técnica (I)

En artículos anteriores hablamos del desarrollo armónico de los pequeños orientadores desde un modelo de escuela multidimensional, centrado en diversas áreas del desarrollo (físico-motor, técnico, psicológico, social y de liderazgo). Dimensiones que están vinculadas entre sí, y cuyo trabajo influye claramente en el resto. 

Conocer la etapa de aprendizaje de nuestros deportistas y definir los objetivos, recursos y metodología de entrenamiento adecuada para su nivel o edad es esencial para garantizar una experiencia enriquecedora. Desde el punto de vista técnico, el éxito en el desarrollo deportivo radica en una progresión gradual y ordenada de habilidades, donde cada etapa sirve como base para la siguiente. Respetar este proceso es fundamental para garantizar un avance sólido, efectivo y sostenible en el desempeño de los deportistas.

En este sentido, planteo una progresión basada en los modelos clásicos, estableciendo un criterio alineado con los sistemas educativos actuales, y centrado en el trabajo realizado por la federación sueca y la británica. Los límites cronológicos están basados en las etapas educativas obligatorias de nuestro país, y los fundamentos psicoevolutivos del desarrollo armónico de la niñez a la adolescencia. Es por ello que cabe resaltar que estas edades son orientativas, y pueden entrar en conflicto con otros planteamientos ya publicados. Es evidente que, la progresión en el aprendizaje no es lineal, y presenta claramente ritmos distintos para cada deportista. 

En conclusión, se presenta una progresión fundamentada en tres periodos de la enseñanza-aprendizaje de la técnica en orientación. En cada una de las fases se detallan los objetivos y saberes que se deberían desarrollar, los tipos de mapas y terrenos más recomendables, propuestas de entrenamiento o actividades para trabajar, su transferencia a la competición, y un instrumento modelo para la evaluación del desempeño.

  • Fase Inicial (7-10 años) 
  • Fase de Desarrollo ( 9-12 años)            
  • Fase de Pre-perfeccionamiento (13-16 años)

FASE INICIAL (7-10 años)

Objetivos: 

  • Comprender que el mapa es un dibujo simplificado de un terreno.
  • Orientar el mapa en relación al entorno.
  • Crear un interés y gusto por el deporte de orientación.
  • Seguir elementos lineales fáciles (vallas, caminos, muros,…) 
  • Reconocer y diferenciar los colores en un mapa por grupos (Ej.: elementos de agua). 
  • Doblar el mapa y seguir con el dedo. 
  • Buscar controles sin elección de ruta. 
  • Conocer los elementos básicos para la práctica de orientación: balizas, códigos, tarjeta o pinza de control, descripción de control,…
  • Conocer cómo está marcado un recorrido en el plano y la señalización propia en el terreno. 
Figura 1.  Interpretación y orientación del mapa según terreno
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Entrenamiento multitécnica

Combinar el trabajo de distintos aspectos técnicos en el entrenamiento de orientación es bastante común. La razón puede venir fundamentada por la necesidad que tiene para nuestro deporte tener que aprovechar al máximo los terrenos que visitamos, y el tiempo que supone para nosotros desplazarnos hasta ellos. Es por ello que los técnicos hacemos lo posible para que esos momentos de calidad con el objetivo de desarrollar la técnica de los deportistas sea lo más rentable y fructífera posible.

Sin embargo, otras pueden ser las razones que nos lleven a utilizar este tipo de propuestas de manera positiva:

  • Aprovechamiento máximo de mapas a nuestro alcance.
  • Exigencia mental y adaptación variabilidad de estímulos en una misma sesión.
  • Motivación por la diversidad de retos.
  • Adaptación e individualización según las características de los deportistas.
  • Posibilidad de trabajar diferentes objetivos en una misma sesión.

Evidentemente, estamos ante un tipo de entrenamiento que tiene varios objetivos en los que no podremos profundizar como si lo hiciéramos por separado. Pero sí que podemos trabajar en los jóvenes su capacidad para cambiar rápidamente los procesos mentales necesarios cuando el mapa exige una serie de técnicas o habilidades concretas. Combinado así, podemos desarrollar esta adaptación al medio.

Parece que las bondades de este tipo de entrenamiento sean más que suficientes para incorporarlas a nuestra caja de entrenamiento como entrenadores, pero no debemos olvidar otra serie de aspectos ciertamente limitantes a la hora de plantearlos, como por ejemplo la necesidad de conocimientos TICs especializados (OCAD, Purple, O-map,…), el tiempo de preparación o el requerimiento de mapas con variedad de zonas de características bien diferenciadas.

A la hora de diseñarlos, debemos tener en cuenta que el mapa que utilicemos, bien sea de bosque o urbano, ha de tener esas zonas que nos permitan desarrollar los objetivos planteados. Una vez elegido, las variantes que pueden incluirse en este tipo de entrenamientos pueden ser múltiples. A continuación se proponen algunos ejemplos:

  • Rumbos.
  • Ventanas.
  • Rumbos.
  • Cambios de dirección.
  • Memorización punto a punto.
  • Control picking.
  • Anticipación (descripción de control).
  • Orientación somera/precisa
  • Elección de rutas.
  • Pasillos.
  • Etc.

Propuesta de entrenamiento multitécnica para iniciación

En el ejemplo que a continuación se adjunta, se plantea un entrenamiento multitécnica con cuatro variantes, en un mapa urbano de características muy diferenciadas.

Variante 1:

La sesión empieza en una zona reducida con controles próximos entre sí, en la que el orden en el mapa se desconoce, pero viene determinado en la descripción de controles, por lo que se deberá leer de antemano para anticipar su visita, y realizarlas correlativamente.

Variante 2:

A continuación se progresa por un pasillo en el que los deportistas podrán encontrar un número de balizas secreto que no vienen marcadas en el mapa, y que al final del recorrido deberán dibujar en el mapa. La precisión en la lectura para evitar salir del pasillo, condicionará el éxito a la hora de encontrar las balizas fantasma.

Variante 3:

En un tercer momento, los aprendices deben hacer un buen uso de la brújula, trazando rumbos exactos en un mapa en blanco. Los ángulos de entrada y salida al control deberán de ser variados para provocar ese cambio de dirección que nos interesa. En este ejercicio, los orientadores deberán talonar o estimar la distancia recorrida para no quedarse cortos o sobrepasar el control.

Variante 4:

Por último, nos enfrentamos a unos controles, que requieren la mejor elección de ruta. En este caso, son balizas que tienen diferentes opciones a la hora de ser abordadas. Aspecto importante en los mapas de sprint. Esta tarea final cierra el entrenamiento a ritmo y características semejantes a la competición.

Ejemplo de entrenamiento multitécnica urbano

Como se puede apreciar en el ejemplo, se trata de un entrenamiento altamente estimulante para los aprendices, a la vez que exigente desde el punto de vista de su planificación como entrenadores. Estos deben tener un protagonismo relevante en momentos puntuales de la temporada, ampliando nuestro abanico de propuestas en las sesiones de calidad semanales.

¡Pon orden en la descripción de controles!

El trabajo bien hecho antes de llegar a la baliza. No me cansaré de recordar a los orientadores nóveles que a la baliza hay que llegar con los deberes hechos. Eso supone realizar varias tareas: elegir la ruta más óptima, buscar un punto de ataque, simplificar la cartografía,…

Una de estas importantes tareas es la de leer y comprender la descripción del control cuando salgo del punto anterior. La elección de la ruta o el punto de ataque, pueden estar condicionadas por esta simple, pero importante acción. Imaginad que no he hemos leído la descripción, y me encuentro al otro lado de una valla impasable cuando he llegado al círculo, ¿qué hacemos ahora? Es probable que se nos escape un tiempo muy valioso.

Como siempre, y para evitar estos errores, introduciremos todo tipo de juegos, dinámicas, y cualquier ejercicio que nos ayude a que los niños aprendan la simbología de los controles y su interpretación. Podemos hacerlo de muchas maneras, y siempre tendremos la oportunidad de instruirlos de forma magistral y directa en un aula, a base de ejemplos y memorización. Sin embargo, a mi me gusta combinar este aprendizaje con otros aspectos en los entrenamientos.

Ordena la descripción de controles

La actividad que planteo consite en realizar un recorrido en línea adaptado al nivel que tengan los aprendices, añadiendo una descripción de controles detallada, pero sin códigos de baliza ni orden establecido. Los chicos deberán ir a cada control, y elegir entonces, a qué descripción corresponde, y señalarlo en la plantilla.

En las etapas iniciales, utilizaremos elementos comunes y de fácil visualización. Podemos incluir el texto de apoyo correspondiente para facilitar la tarea. Si tenemos varios niveles, podemos diseñar recorridos de diferente distancia y complejidad técnica. Separando los controles de caminos o elementos lineales, buscando puntos que tengan varios elementos iguales dentro del mismo círculo, eligiendo elementos impasables que obliguen a entrar a la baliza por una única dirección,…

Material necesario para la sesión

La técnica del pulgar

Una de las técnicas más importantes y rentables a la hora de enseñar a los niños a practicar orientación, es la técnica del pulgar. Es una habilidad en la que debemos insistir constantemente, en cada entrenamiento y carrera, hasta que sea interiorizada. 

Es muy común ver en las etapas iniciales, a jóvenes que corren con el mapa desplegado, y tienen que parar constantemente a relocalizarse para buscar las referencias en el plano de aquello que están viendo en el terreno. Esta es una práctica que deberá ser corregida para evitar errores de pérdida de tiempo, cambios en la orientación de mapa, errores paralelos por la existencia de dos zonas próximas que tienen detalles similares…

Mapa doblado

Todo empieza enseñando a doblar el mapa. Antes de explicar cómo se ejecuta la técnica del pulgar, insistiremos en que el mapa debe quedar doblado con la mínima parte visible de los controles y tramos que abordaremos próximamente en nuestro recorrido. A poder ser, en paralelo a los bordes del mapa. Esto ayudará a tener controladas las líneas norte-sur. Cada vez que sea necesario doblaremos el mapa para dejar a la vista los siguientes tramos.

El mapa se lleva con una de las manos. Correr sujetando el mapa con ambas, es incómodo y difícil de leer. Normalmente los diestros lo llevan en la izquierda, y los zurdos en la derecha. Esto es solo porque la pinza electrónica se suele dejar en la mano más hábil. Esta también nos queda más libre para otras acciones que durante la carrera se presenten: agarrarme para trepar, apoyarme en el suelo, coger una botella,… No obstante, sobre la elección de la mano, no tenemos porqué imponer un criterio. 

El pulgar

Una vez bien doblado el mapa, seremos capaces de poder señalar con el dedo pulgar que sujeta el mapa, la posición por la que vamos en cada momento. 

Esta técnica nos permite movernos por el terreno atentos a los elementos que vamos encontrando, y en cualquier momento, poder dirigir nuestra mirada al mapa hacia la posición en la que tenemos la punta del dedo, para localizar por dónde vamos. Así, evitaremos pérdidas innecesarias de tiempo en la búsqueda. A medida que nos desplazamos sobre el terreno, el dedo se va moviendo sobre el mapa.

En resumen, podemos definir los siguientes objetivos que se persiguen en la adquisición de esta técnica: 

  • Localizar nuestra posición en el mapa rápido y de forma precisa.
  • Mejorar el transporte, facilitar su utilización.
  • Dejar una de las manos libres para otros usos.
  • Evitar que el mapa se rompa o se enganche con elementos como la vegetación.
  • Orientar el mapa más rápido.
  • Evitar errores paralelos por confusión en zonas cercanas similares. 

Hay que aclarar que, cuando llevamos la brújula de dedo en la misma mano del mapa, es la punta de la flecha de dirección la que sustituye a nuestro dedo pulgar. 

Técnica del pulgar. «Manual de iniciación al deporte de orientación» (www.prodetur.es)

Para practicar:

Uno de los ejercicios más sencillos para entrenar la técnica del pulgar, es practicando con pequeños mapas de terrenos en los que existan gran cantidad de elementos iguales. Fáciles de manejar y claramente representativos de la zona en la que estamos. 

Los mapas urbanos, de parques o similares, son de especial interés para esta práctica. Sin embargo, no debemos dejar de aprovechar, cualquier ejercicio de entrenamiento o competición, para asimilarla. Desde el triángulo de salida, señala con tu dedo pulgar, y marca por donde vas.

A rumbo!

En orientación debemos utilizar la brújula para definir un rumbo. El rumbo nos marcará la dirección a seguir para desplazarnos hacia nuestro siguiente destino. Adquirir soltura a la hora de manejar la brújula en carrera no es una tarea sencilla. Simplificar la técnica para tomar rumbos y perder el menor tiempo posible, sin trazar rumbos erróneos o desviando excesivamente el ángulo de nuestro desplazamiento, es una habilidad que se puede trabajar desde edades tempranas.

Uno de los ejercicios que mejor funciona, consiste en colocar una serie de balizas o conos en un terreno más o menos plano y sin elementos que impidan los desplazamientos de un punto a otro. La superficie de terreno a utilizar dependerá del espacio disponible, pero esta no debe ser más grande de la que impida ver los límites del juego, desde cualquier parte. El número de balizas puede ser variado. A los controles no les pondremos código ni nigún tipo de elemento para marcar el paso. Por ese motivo, podemos colocar cualquier elemento que sea llamativo y se vea desde cierta distancia.

Los orientadores dispondrán de un mapa en el que únicamente tienen representado el recorrido en línea y las líneas azules de norte-sur. De este modo, no tendrán más remedio que utilizar la brújula para llegar a su destino. Desde el triángulo de salida, en cada trayecto, trazarán el rumbo correspondiente para llegar al siguiente punto. Caminando o trotando -según la habilidad que vayan adquiriendo- enlazarán los diferentes puntos, hasta llegar a meta. Podemos elaborar diferentes recorridos para ofrecer alternativas y adaptar mejor la propuesta.

A la hora de elaborar este tipo de trazados podemos seguir una serie de pasos:

  1. Elegir un terreno despejado y con poco desnivel.
  2. Asegurarnos de que el mapa está correctamente referenciado y guarde las proporciones reales.
  3. Señalar el triángulo y la meta del recorrido.
  4. Pintar en el mapa los puntos en elementos que después en el terreno podamos asegurar su correcta colocación.
  5. Trazar diferentes recorridos, uniendo los puntos que hemos elegido previamente.
  6. Borrar la capa del mapa, dejando únicamente la línea azules de norte-sur. Podemos poner las flechas o pintar la N de norte para facilitar a los niños su orientación.
  7. Finalmente, imprimimos los recorridos y ¡a jugar!

No olvides sacar el mapa maestro con todos los puntos y el mapa base para poder colocar correctamente las balizas en el terreno.

Cortocircuitos

Intento evitar los contextos excesivamente competitivos en las etapas iniciales del aprendizaje de nuestros jóvenes. Sin embargo, he de reconocer que para muchos de mis alumnos, la lucha contra el crono o contra sus propios compañeros, supone un acicate que los ‘enchufa’ de una manera asombrosa.

Uno de los entrenamientos que más me gusta, y que a ellos los acerca mucho a las situación de carrera, es la práctica de recorridos cortos de alta intensidad. Se me ocurrió bautizar esta tarea como CORTOCIRCUITOS. El objetivo principal de esta propuesta es simular la situación de carrera. Se puede llevar a cabo tanto en contextos urbanos (sprint) como en el bosque, pero al final, lo que se pretende, es mantener la concentración a un ritmo de carrera alto.

Para llevar a cabo este entrenamiento, diseñaremos en un mismo mapa 4-5 recorridos diferentes. Si lo creemos oportuno podemos crear trazados de niveles distintos, de forma que podamos alcanzar una mayor individualización para las capacidades de los pequeños orientadores. Será suficiente con marcar en el suelo los códigos del control, si el contexto es urbano, o bien colocando una cinta, cuando no sea posible pintarlo. Al final de la partida, no necesitamos que los chavales marquen ni apunten ningún registro de paso. Buscamos que pasen por el control y apenas se detengan.

Lo interesante es que los participantes afronten de forma continua el máximo número de recorridos posibles, apuntando en una tabla de doble entrada los tiempos conseguidos. De esta forma podemos compararlos entre ellos. Más allá de sacar un ránking de resultados, lo que podremos es analizar el nivel de concentración y la capacidad de lectura al máximo ritmo posible. Conseguiremos ver así, cómo responden a la tensión de la propia competición.

Elección de ruta

La elección de ruta es una habilidad que debe desarrollarse desde edades tempranas. Incluir entrenamientos específicos de esta práctica es fundamental, dada la importancia que puede llegar a tener en carrera.
Tanto si se corre en terrenos clásicos, como si se hace en sprint, las elecciones de ruta pueden llegar a ser determinantes. Sin embargo el tipo de factores a considerar son distintos, teniendo en cuenta las características del terreno, y de los corredores.
Si bien en el bosque, el desnivel, la vegetación o los elementos lineales, tienen una relevancia mayor; en las zonas urbanas, los cambios de dirección o los elementos impasables, tienen más protagonismo.
Muy probablemente el trazador de una prueba, intente alcanzar un mayor número de opciones posibles para llegar hasta un punto de control. Este será uno de sus principales empeños para intentar conseguir un trazado más espectacular. Dando cabida a un mayor número de corredores con cualidades cognitiva o físicas distintas.
A continuación, os presentamos un ejercicio sencillo y divertido para desarrollar esta técnica en jóvenes orientadores. Se trata de una práctica que han llevado a cabo los compañeros del Club de Montañismo Cheste-O, y que pone a prueba a los orientadores en este cometido.
Por parejas, se retarán en cada control, eligiendo cada vez, una ruta distinta para llegar a un mismo control. Lo interesante es poder emparejar a los corredores que tienen niveles físico-técnicos similares, para que se puedan auto exigir y conozcan mejor sus puntos fuertes y sus puntos débiles.

Lectura y concentración en movimiento

Maximizar los recursos que tenemos a nuestro alcance, es uno de los principales objetivos que docentes y entrenadores tenemos en estos momentos para contribuir a la continuidad del aprendizaje de nuestros jóvenes, en este periodo de confinamiento.

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